Alejandro Galeano es el mayor de dos hermanos que dirigen Aconcagua Transportes, empresa que lleva 70 años de intachable trayectoria en el transporte de nuestro país. Planeta Camión tuvo la oportunidad de conversar con él sobre los temas que tanto impactan en la actividad.
La empresa fue fundada en 1950 por su papá, quién según Alejandro, creció arriba de un camión, viajando inicialmente desde y hacia la provincia de Chaco, para transportar algodón y ramos generales. Más tarde, ya durante la década del sesenta, Alejandro comenzó a viajar en aquel camión con su padre. El joven fue absorbiendo los conocimientos de la ruta y el transporte de cargas desde ese lugar privilegiado. Ya, hacia fines de esa década, la prometedora empresa de transportes comenzó a especializarse en el transporte de sustancias secas a granel, puntualmente, cemento, un insumo que debería viajar en tolvas.
Enfocándose en el rubro, fue que a principio de los años setenta comenzaron a trabajar con la reconocida Molinos Rio de la Plata. Así desencadena el desarrollo de las primeras tolvas para transportar harina, hecho que les permitió continuar juntos una próspera relación comercial hasta estos días.
“Entre 1971 y 1975 contábamos con tres choferes. Yo era un pibe y me encargaba de los tramites. Cuando terminé el secundario, preferí continuar trabajando con papá y así nos fuimos desarrollando en transportes de harina a granel específicamente. Después, ya más adelante empezamos a actuar en transportes que se consideraban inéditos en el país, porque fuimos los primeros en incorporarlos en la Argentina. Para eso, necesitamos importar equipos desde Estados Unidos inicialmente. Junto con mi hermano menor, empezamos a desarrollar estos sistemas que, posteriormente, nos abrieron las puertas en las petroquímicas, ya que fuimos los primeros en el año 1998 en transportar insumos como el pet, politileno, polipropileno y otros materiales similares”, destaca Alejandro.
A Aconcagua seguían abriéndose nuevos rumbos y en el año 2002 les llega un contrato para abastecer de cal a minera La Lumbrera, en la provincia de Catamarca. Allí comienza a vislumbrarse una nueva oportunidad de transporte. “Hoy estamos en todas las minas del país. Vamos con nuestros camiones a 5000 mil metros de altura, desde Jujuy hasta Santa Cruz y no sólo transportando cemento o cal a granel, sino también, viajamos con semirremolques llegando, además a países de la region. Obviamente, también somos proveedores de Vaca Muerta. Es decir, nos fuimos desarrollando a medida que el cliente nos expresó su necesidad y el mercado aportó lo suyo. Así tuvimos nuestra visión y la fuimos impulsando sin parar”, afirma con convicción Galeano.
FLOTA
Aconcagua cuenta con una enorme flota compuesta por más de 200 tolvas, varias bateas, bateas vuelco trasero y otros. Un total aproximado de 300 equipos completos.
“Yo doy gracias a Dios cada mañana por la vida que me dio, pero también agradezco a las terminales como Volvo, Mercedes-Benz y Scania que nos han llevado a visitar sus plantas de producción alrededor del mundo para incorporar -aún mayores- conocimientos sobre nuestra querida profesión.
En cuanto al camión en sí mismo, he visto que los países avanzados prefieren usar unidades de alta potencia, porque sabemos muy bien que es ahí donde vamos a tener un consumo de combustible más eficiente. Yo coincido planamente con esa regla. La flota de Aconcagua está dividida según potencia, pero tenemos más de 100 Scania y Volvo. Después, tenemos algunos Mercedes-Benz, modelo Atego, algo más chicos, pero vamos siempre hacia ese lado, hacia máxima potencia. Para nosotros, cuanta más potencia usemos, menos consumo de combustible tendremos”, confirma Alejandro.
LA SEGURIDAD COMO UNA CULTURA
“En términos de seguridad, ocurre lo mismo. Por ejemplo; los primeros camiones radarizados que entraron a la Argentina, que eran Scania, los adquirimos nosotros. Para mí, cuanto mayor equipamiento tenga, mejor. Cada vez que nos juntamos con la gente de Scania o Volvo les aclaro que cuando nos vayan a ofrecer un nuevo camión, no le quiten, si no que le agreguen todos los sistemas de seguridad posibles, porque sin dudas se pagan, todo ese equipamiento de alta seguridad, se amortiza solo.
Más allá del equipo con el que contemos, en Aconcagua pregonamos la cultura de seguridad. Queremos más seguridad vial. Por ejemplo, otra regla en nuestra empresas es que nuestros camiones nunca circulan en horario nocturno. Hacemos esto para evitar accidentes, ya sea por cansancio de los conductores o por falta de visibilidad”, afirma Galeano.
ESCALABILIDAD
Para el correcto funcionamiento de una empresa de transportes con estas características, se requiere una constante actualización de procesos, y como se dijo, de equipamiento. El decreto 32/2018, que oportunamente dio origen a la Ley de Escalabilidad, ofreció un cambio de paradigma en el transporte argentino. Aunque, es necesario aclarar que este decreto tuvo adeptos y detractores.
“Yo pienso que, cuando se pone en marcha un proyecto como ese, es necesario tener todo acorde a dicha idea. Yo no me puedo comprar un traje Giorgio Armani, junto con unos zapatos de gamuza de alta costura cuando no tengo dinero para comer. Considero que la escalabilidad tiene que estar, pero lamentablemente el tema no fue bien manejado. Primero, hay que generar un programa de inversión a corto, mediano y largo plazo para el transportista. No fue coherente salir con la Ley de Escalabilidad de hoy para mañana, cuando había gente que previamente había invertido en equipos, que, al final, los terminarían usando de “maseta” porque no se los podrán vender a nadie. Ningún transportista te va comprar hoy un semi que tenga dos ejes, cuando de golpe, todo pasó a ser configuración 2 + 1 ó 1 + 1+ 1 , etc. Entonces, ese tiempo de adaptación, tan necesario, no lo respetaron. Y, por otro lado, habría que haber tenido seriamente en cuenta la infraestructura vial del país y el parque automotor rodante, que claramente no está acorde a esta ley. Si decidimos ir hacia la escalabilidad, me parece muy bien, pero antes debemos saber si tenemos las rutas, los puentes, etc.
Las rutas de nuestro país no son buenas. Y digo esto porque, vos tenés un camión básicamente europeo en Argentina, pero ese camión está diseñado para aquellas rutas y no estas, por más adaptaciones que les hagan.
Con la Ley de Escalabilidad, creo que los más perjudicados son los más chicos, simplemente porque los más grandes se convierten con rapidez. Entonces, creo que están matando a los que vienen atrás. Simplemente no se consultó a todos los empresarios del transporte, que en definitiva, somos los actores de esta obra”, enfatiza el empresario.
CAMBIO DE PARADIGMA
Una visión de la realidad del transporte en Argentina que deja abierto un interesante debate de hacia dónde realmente quiere ir el sector de cargas como un actor fundamental en la economía y el desarrollo de nuestro país.
Factores como la actual pandemia global y su fuerte impacto en la economía, la reciente llegada al mercado argentino de camiones que funcionan con combustibles alternativos, el claramente evidenciado desarrollo global de los camiones eléctricos o a hidrógeno, etc. dan señales muy claras que toda, absolutamente toda la movilidad sufrirá un cambio de paradigma inevitable. Para evitar desagradables sorpresas, será condición vital reunir a todos los protagonistas del sector con el objetivo de unificar una visión y una estrategia hacia el futuro del transporte.
Fuente: Planeta Camión EL IMPULSO DE UNA VISIÓN – Planeta Camión (planetacamion.com.ar)